lunes, 13 de diciembre de 2010

¡¡Joer Enrique, porqué te has ido!!

Hoy, tenía que ser hoy y, además, con el númerito de la guasa. Se nos va con Enrique Morente, al "Negro de Vélez" y a mí, toda una época de los años finales de los setenta y principios de los ochenta. ¡¡vaya putada Enrique!! has hecho el paseillo hasta el tablao de la gloria y contigo también se va todo un tiempo de recuerdos y buenos ratos. ¡Que la vamos hacer!. Así es la vida; pero es una putada.
Salud para los que quedamos.


Digamos lo que escribió su paisano Manolo Benítez Carrasco cuando se fue Don Ramón Montoya, aquel que tenía los duendes de Andalucía en sus manos, multiplicados por diez, y en la guitarra, por seis: . ...lloraron, tristes y solas, sin que nadie las tocara, las guitarras españolas.
Por los tablaos derramaron lagrimas, como lunares, todas las batas de cola Y muertecitos, de pena, se quedaron las gargantas, y los cantes, y las penas. Ya todo no será igual.
Se ha muerto Enrique Morente. Aquell que cantaba los Fandangos como cuchillos, que hacían temblar hasta al aire. Las Soleares como tres versos que son tres penas, tres penas que son tres ayes, tres ayes que son tres toros que nos cornean la sangre. Las siguirillas como llantos, para llenar cien estanques.
Ya hay otro más, en el Tablao de la Gloria.Aquí nos quedamos sin él, pero allí, su tocayo "El Mellizo", D.Antonio Mairena, Manolo Caracol, Pepe Pinto, La Niña de Los Peines, Carlos Cano, El "tito" Julio, Juan Antonio Maldonado, Manuel Ramírez y tantos otros, lo habrán recibido por Granainas. En esto, como en todo, se nos van yendo los mejores.

Texto muy sentido de mi amigo Gabriel Luis García Callejón






Seguro que la guitarra de Tomatito hoy toca con más arraigo, con más pellizco, con más sentimiento, con más dolor, pero también con más armonía y vida en homenaje al maestro ENRIQUE MORENTE.

5 comentarios:

  1. Las campanas de San Cristóbal, San Bartolome, San Nicolás unidas por el mismo llanto lanza al aire de los cuatro puntos cardinales del Albaicin elel eco en son de campanario de la muerte de Enrique Morente, figura flamenca desde que su madre lo parió allá por la década de los cuarenta en esa bella ciudad a la que el académico mejicano Francisco Asís de Icaza dedico esta frase "Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada; como la pena de ser ciego en Granada". Y Granada como niña enamorada llora la perdida de uno de sus hijos más ilustres del Arte Flamenco.

    Hoy el flamenco está en todas partes, en países tan dispares, y tan distantes, como Japón o Rusia, Australia o Estados Unidos, por no hablar ya de nuestros vecinos europeos, en muchos de cuyos países el flamenco se ha convertido ya en algo familiar.
    El pueblo gitano haciéndose sentir de esa notoriedad que está teniendo el flamenco ha enviado al tablao flamenco del cielo a Enrique Morente parsa que se una a Manolo Caracol, Antonio Mairena, Camarón, Paquera de Jerez y tantos gitanos y payos buenos que hay allí arriba, y hasta Carmen Amaya y la polifacética Lola Flores bailaran al compás de un cante con un buen toque de guitara.

    Cartel de lujo de una noche flamenca en el cielo.

    Saludos de Raúl Domínguez

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  2. Gracias Raul por el comentario tan acertado. Independientemente de lo anterior, decir que Enrique era payo.

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  3. Admirado Emilio: En el flamenco soy practicamente un neófito y eso lo demuestra bastante a las claras es pensar y creer de que Enrique Morente era gitano, te agradezco tu aclaración y te pido disculpas a ti y a todos los aficionados que puedan leer mi comentario por tan exagerada metedura de pata.

    Saludos cordiales y feliz navidad de Raúl Dominguez

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  4. ¡No pasa na hombre!. Todos los dias son de aprender... para todos

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  5. Silencio en el Albayzín

    Los duendes buscan por los rincones,
    las musas perdidas en los callejones.
    ¿donde esta flamenco de los trovadores?
    ¿donde el cantaor de cantaores?.

    Dios se llevo al “Ronco” de Granada
    sin poderse despedir de su bella amada,
    la Alhambra le llora sola y desconsolada.

    A la luz de una candela
    los flamencos están de duelo,
    desde la Torre de la Vela
    lanzan sus quejíos al cielo.

    Cuando vuelva al Albayzín
    me ahogara el dolor y el llanto
    en una agonía sin fin.

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